jueves, 8 de septiembre de 2011

Soluciones y proyectos turísticos

JAIME E. FIGUEROA NAVARRO

A raíz de la columna dominical de Betty Brannan Jaén [en la sección de opinión de La Prensa, el 14/8/2011], nos toca nuevamente desempolvar la caja de Pandora y enfocar nuestra pluma hacia el execrable aeródromo.

Que no hayamos escrito sobre el tema recientemente no es muestra de indiferencia ni de que todo vaya bien. Muy, por el contrario, hemos tratado de concentrar nuestros esfuerzos en la presentación de otros proyectos y soluciones positivas a incógnitas en la industria del turismo que, muy a pesar de su importancia y objeto de misivas aprobatorias, han caído, como suele ser la costumbre, en oídos sordos.

Escueta y puntual es la columna de la periodista al hacer hincapié en la falta de una cultura de servicio en nuestra puerta principal de entrada al país, pormenorizando una serie de defectos sobre los cuales nos hemos harto referido en anteriores apuntes. A sus muy valiosos comentarios, quisiéramos añadir tan solo dos reflexiones puntuales, a sabiendas de que existen muchas más, que otros lectores de seguro descubrirán.

Las reglamentaciones de estacionamientos en países con visión de servicio exigen un mínimo de 10 pies (3.048 metros) de espacio entre las líneas de estacionamiento, para la comodidad de sus usuarios y para evitar surcar las puertas de autos adyacentes. A sabiendas de que en Panamá se hace lo que a bien le caiga en gana al propietario, Tocumen, por lo oneroso de su servicio de estacionamientos, debería servir de ejemplo en establecer esta sencilla regla, que si bien permite un menor número de estacionamientos, no trata a los usuarios con displicencia como si todos fuesen propietarios de miniautos.

La segunda consideración, que consterna visualmente tanto a locales como a visitantes, se manifiesta al aproximarse al aeródromo y encontrar docenas de automóviles, buses, taxis, busetas de transporte y otros, estacionados en sus áreas verdes y veredas, creando lodazales y el equivalente a un Salsipuedes vehicular.

En los planes de expansión de Tocumen, urge incluir facilidades de estacionamiento fuera del perímetro, tal y como se concibe en otras latitudes, para evitar este triste espectáculo que categóricamente perturba la imagen y visión de un aeropuerto que pretende ser de primera línea.

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